sábado, 20 de diciembre de 2008

Acabó el primer trimestre de clases...



IL3 from El Periódico de Catalunya on Vimeo.

Este video lo hicimos entre todos. Nuestra fotogénica casa de estudios se convirtió en una top-model, al ser retratada en todos sus rincones por los alumnos. La edición estuvo a cargo de Miguel Fernández, ex-alumno del que me siento muy orgulloso de sus grandes pasos. Agregamos las voces de doce idiomas distintos, grabadas por alumnos en inglés, letón, ruso, francés, árabe, chino, portugués, italiano, euskera, gallego, castellano y catalán. Cada promoción es una pequeña ONU.

Siento mucho entusiasmo por parte de la clase hacia la materia. Los alumnos han estado aprendiendo a ponerse en la piel de un fotoperiodista, salir a la calle cámara en mano y encuadrar de una manera distinta a la que estaban acostumbrados.


En algunos de esos alumnos observas esa “mirada de cazador”, que cierta vez unos maestros te reconocieron y se preocuparon en machacarte para que la sigas desarrollando. Se nota desde el principio cuando los observas cómo miran y cómo agarran la cámara, esforzándose en dar con algo distinto. Resulta fascinante captar ese talento en una fase temprana, presenciar el descubrimiento que hacen a través del lente, como si se iniciaran en un romance. Habrá quien ya no se separe de la cámara y el día de mañana sorprenda con grandes fotos, uno como profesor es testigo directo y parte de esa historia. De alguna manera, las mismas cosas que me dijeron en mi momento José Sigala o Patrizia Grassi en un salón de clase, ahora se las repito a otros, como un mensaje cifrado venido de muchos años atrás. Hasta me veo reviviendo escenas, ahora desde el otro lado: “¡¡Le has cortado la cabeza a esa persona…Encuadra con el visor...no con la catana samurai!!”.

Barceloneta Foto: Enrico Lorenzini

Por tercer año consecutivo se entregó el premio sorpresa “Steve McCurry” al mejor trabajo durante el trimestre. Las fotos se defienden solas y los compañeros de clase suelen tener claro quien se lo merece. El curso se lo otorgó a Enrico Lorenzini, alumno de Italia. Este año abrimos una nueva mención: “Tiranosaurio-Rex”. En honor a la excelente foto que Pedro Madueño de La Vanguardia, captase a través de los reflejos de una vitrina en Barcelona. “Vamos a ver si alguien descubre otro dinosaurio a través de los vidrios”. A fuerza de mucha paciencia de cazadora, se lo ganó Cécile Carrez, de Francia.

Eixample Esquerra Foto: Cécile Carrez

Durante la entrega de premios una alumna me preguntó: “¿Habrá premio al mejor samurai…?”

El resultado general hasta ahora ha sido satisfactorio, en lo que a mi respecta, hay detalles en la metodología docente que necesitan mejorarse.
Aún faltan las clases más interesantes y espero que me sigan sorprendiendo. En realidad soy yo quien aprende de ellos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Julio Lescarboura. El gran Maestro SAR

Pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de haber trabajado junto a una leyenda.
Julio Lescarboura en el ambiente del SAR en Venezuela, era sólo comparable a los personajes de novelas de aventura, de la talla de un Otto Lidenbrock o un profesor Challenger. ¿Quién era capaz de decirles que es imposible viajar al centro de la Tierra, o que no existe “El Mundo Perdido” ?. Cuando a Julio se le ocurría una idea que parecía descabellada, y unas cuantas lo eran… ¿Quién era capaz de decirle “no” a Julio? . Antes de que te dieras cuenta, ya te encontrabas volando con mal tiempo a bordo de un helicóptero rumbo a lo desconocido. A diferencia de Lidenbrock o Challenger, nacidos de la ficción, no era precisamente la fama y la gloria personal lo que movía a Julio Lescarboura, que además fue un personaje real. La gran misión que él siguió durante toda su existencia, fue la de ser útil para salvar vidas en peligro.

Cuando la ayuda viene del cielo.

Casi todas las historias empezaron con él llegando a un aeropuerto, vestido con sus jeans desgastados, una franela arrugada y su chaqueta militar. Alto, encorvado, de cabello blanco y mirada de oso cansado. Cargando con su maletín de piloto, lleno de cartas de navegación aérea, una gruesa libreta de teléfonos, brújulas, kits de supervivencia y auxilio médico, cuadernos de apuntes de otras emergencias y la 9 mm. Tomaba el control de cualquier puesto de mando en una emergencia sin necesidad de galones o jerarquías políticas. Líder nato, carismático y justiciero, su única credencial fue haber participado en operaciones de búsqueda y rescate desde los años 60. No necesitaba levantar la voz para poner orden, pero si tenía que hacerlo, era mejor agarrarse de algo porque entonces la tierra temblaba debajo de sus pies. Julio Lescarboura fue de los fundadores del Grupo de Rescate Venezuela cuyo lema es precisamente: “Para que otros vivan”.

Aprendí junto a él de manera dramática una gran lección. Cuando hay vidas humanas de por medio, jamás se puede subestimar la estupidez de un político inútil o la de un militar inepto, homicidas culposos de empeorar tragedias y que rara vez pagarán por sus torpezas. En esos escenarios Julio era un gran conciliador y como buen líder, sabía proteger a su equipo por encima de todo. Cuando se estaba en una zona de desastre era muy tranquilizador escucharle su voz por radio. Sentías su mano protectora en todo momento. Si el personal de rescate corría peligro o quedaba atrapado, Julio Lescarboura los buscaba en helicóptero para evacuarlos o lanzarles raciones de emergencia.

Durante una de esas largas búsquedas de una avioneta desaparecida, un 24 de diciembre por la noche agarró al GRV en plena selva. "¿Cuándo regresaremos?" le preguntó un compañero a Julio. "Cuando los enconteguemos..". La respuesta fue muy propia de él, con su acento plagado de erres afrancesadas y sus ojos clavados en el mapa buscando respuestas, trazando rutas, revisando sus apuntes. Si era cuestión de vida o muerte, le importaba un cuerno levantar de la cama a quien fuera necesario para mover una aeronave, incluyendo generales y ministros. Por eso decían que con una radio o un teléfono en la mano, Julio Lescarboura era capaz de cualquier cosa.

En muchas ocasiones las búsquedas se suspendían y las autoridades mandaban a todos para su casa. Pero él seguía, a veces sólo o con sus más fieles compañeros, con la misma obsesión del Capitán Ahab detrás de la ballena blanca. Gracias a esa misma terquedad, fue que en una de sus últimas operaciones, salvó un excursionista que llevaba extraviado más de cincuenta días en la cordillera andina, aún cuando ya otros le habían dado carpetazo al caso.

Mi última operación fue por cierto un diciembre durante el deslave en Vargas, donde buena parte la compartí con él. Días horrendos donde nos sentíamos desbordados ante las masas de damnificados presas del pánico. Fue el mejor aliado para evacuar a cientos de personas, con su sonrisa que te inspira confianza absoluta, su fortaleza y sus chistes que de tan malos, igual te hacían reír. Cuando nos tocó ser relevados llegó un Superpuma para sacarnos, pero él se negó a irse con nosotros. “¿Quién le dice “no” a Julio?”. Mientras nos elevábamos, alcancé a ver sus cabellos blancos alborotados por el aire levantado por el rotor de nuestro helicóptero. Con una mano dirigía al personal y con la otra hablaba por radio. Esa fue la última imagen que me guardé de él, Julio Lescarboura poniendo orden en medio del caos, la muerte, la angustia y el dolor. “El Capitán Ahab atado a Moby Dick”.

Lo mejor que se puede decir sobre Julio Lescarboura Sola, es que durante más de 40 años, muchas vidas se han salvado gracias a él.

Si de verdad existen los Arcángeles, en este momento Julio les estará reorganizando la capacidad operativa… “Para que otros vivan”.

lunes, 20 de octubre de 2008

Empiezan las clases

Mis clases en el Master de Periodismo BCNY empiezan con los retratos, que se combinan con los primeros ejercicios de entrevistas. No es un curso donde vayan a salir hechos unos fotógrafos profesionales, pero al final del año tendrán una manera distinta de mirar.

Lo que más insisto a los alumnos es que con los recursos más sencillos se puede lograr un excelente resultado...Vale, puede ayudar mucho tener una buena cámara réflex, pero si se dominan los conceptos más básicos de una composición, iluminación y se tiene además cierto sentido de la estética, con cualquier cámara se las pueden apañar. Es cuestión de actitud.
Cuando digo esto cada año, alguno suele arrugar la cara poco convencido, y a la final casi todos acaban sorprendiéndose con sus propios resultados. Este primer ejercicio me sirve para conocer la mirada que tiene cada uno de los cachorros, y siempre encuentro algún brillante por pulir.

Es cuestión de saberse adaptar a las circunstancias. En el fotoperiodismo hay que saber algo de magia porque se suele disponer de muy poco tiempo. Contar con media hora para una sesión de retratos es casi un sueño...así que es mejor estar preparado para resolverlo todo en quince minutos...o en tres, depende de la fiera a la que se tenga al frente, así que más vale tener visualizadas varias opciones: Si no cuento con tiempo Plan A..la pongo aquí..si hay buen rollo Plan B allá frente al muro..si se desinhibe Plan C..echada en el sofá...Es recomendable haber hecho algunas fotos de prueba antes. En este caso con la actriz Macarena Gómez, unas buenas cortinas pueden ayudar mucho si no se cuenta con tiempo ni con buenos escenarios a mano. Es importante saber inspirar confianza para que el modelo pose como desees, y saber hacerle entender lo que quieres. Con Macarena me resultó muy fácil, luego de haber hecho el papel de una asesina en serie en “Sexykiller”, sólo tuve que decirle: “Ahora mátame con tu mirada..!”

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Inmersión...!

Se aprieta en botón y las burbujas indican que el chaleco se está vaciando de aire, vamos al fondo. Conforme se va descendiendo los colores se pierden, pero están ahí. Cualquier sonido que se produzca lo sentirás en todas partes y difícilmente sabrás de dónde viene, hay que ser verdaderamente un tiburón para identificar el origen. El ritmo de respiración a través de la boquilla del regulador es muy a lo Darth Vader, ("Luke...I'm your father.!"), y te indica cuán excitado te puedes encontrar. Si hiperventilas te das cuenta de inmediato y entonces es mejor relajarse.

Hasta se presta para un buen ejercicio de meditación, donde tus cinco sentidos se deben mantener alertas y al mismo tiempo, has de estar pendiente de tu respiración. Tan sencillo como eso. “Sólo respira y no pienses en nada más...haz foco en tu respiración, observa cómo se llenan tus pulmones y cómo exhalas el aire. Limpia tu mente con la respiración”. Decía el viejo Lama Geshe en los Himalayas, siempre con su sonrisa de niño y cuyo bolsito lleno de polvitos, raíces, sedas, cebollas y caramelos me recordaba al de Panoramix el druida, el amigo de Asterix. La última vez que lo vi caía una gran nevada, y sin embargo por unos segundos apareció el Everest despejado detrás de su silueta. Mientras me alejaba con el grupo de sherpas al que difícilmente se les puede seguir el paso, Geshe levantó la mano para despedirse, se la llevó a su corazón y ya no nos vimos más.

Los peces se nos fueron acercando, habían bastantes ese día, salvo un pulpito gamberro que nos hizo una señal con uno de sus tentáculos, antes de desaparecer entre las rocas. En la superficie flotaban muchas medusas que parecían aguardar ansiosas a que subiésemos a donde ellas.

Antonio Cabezas, gran instructor de espeleobuceo y el toro que más muge en el SIET, me hizo la foto, todo un honor para este cazador cazado. Es que yo me encontraba demasiado orgasmado para agarrar la cámara...mala excusa, lo sé..lo sé.

viernes, 22 de agosto de 2008

Jam Session

No hay partituras ni mucho menos nada ensayado. Por un momento los músicos, que no suelen tocar juntos, se convierten en los medium de sus propios instrumentos.

El contrabajo murmura con el teclado, el saxo opina, el trombón le responde y la batería modera la conversación aunque a veces se sobresalta con sus timbales. Luego el trombón se queda hablando sólo apuntando hacia el techo, como recordando viejos tiempos, pero luego le pasa el turno al saxo. El contrabajo siempre tan comedido, parece asentir unas y otras afirmaciones. En cambio el teclado se complica en unos rollos que provocan más golpes de la batería. A la conversa se adhiere otro saxo que a juzgar por su tristeza, parece que los tragos le cayeron mal, recordándole la historia que tuvo con una flauta. El contrabajo parece consolarlo, pero el trombón creo que habla pestes sobre las flautas descocadas porque se pone como loco, en tanto que la batería interpreta la escena del tropezón que tuvo ese saxo en las escaleras del sótano con la flauta. El teclado remata esa escena de manera celestial, con ambos instrumentos viendo el nirvana. Luego todos los instrumentos hablan al mismo tiempo y a diferencia de algunos grupos humanos, se les entiende todito lo que dicen y se expresan con una envidiable armonía. Vale, a veces se enfrascan en unas largas polémicas pero nunca sin perder el blue. Recomendable escuchar esas tertulias musicales con cerveza bien fría.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Cubelles erotizada

La actriz y modelo erótica Evita de Luna y sus secuaces alborotaron las calles y playas de Cubelles. Días antes algunos vecinos quisieron sabotear el plan de una sesión fotográfica en la playa, que prometía ser subidita de tono “pero no tanto así como decían”, desmintieron los organizadores. Ella fue más lista, se vistió de sirena y a la final estaba con más trapos que cualquier mujer que andaba por la playa a esa hora. Casi se tornó en show infantil cuando se acercaron a contemplarla algunos niños.

Sin embargo Evita de Luna no cambió su agenda que ya tenía arreglada para el programa de TV3 “Vacances Pagades”: Salir en bici acompañada por el actor porno Agus Santamaría por el Paseo Marítimo. Durante los preparativos de producción me sentí parte del asalto a un banco. Primero, desde un callejoncito fisgoneamos la zona y luego de una inspección estratégica para ver si había bastante gente se decidieron: “Ala...aquí lo hacemos...!”, en un chaz-chaz, fuera vestidito, fuera jeans y se montaron en sus respectivas bicis totalmente desnudos ante la sorpresa de todos. Las abueletas fueron las más entusiastas, no paraban de aplaudir sin quitarle la vista al órgano del Agus que parecía crecer intimidante con cada pedaleada. Y por supuesto Evita, chiquita pero matona, acabó siendo el centro de atención, que con sus cabellos al aire y su par de poderosas razones, tenía cierto aire de Pamela Anderson de paseo. Fue un acto de nudismo fugaz a dos ruedas, que ya se ha venido repitiendo en otras poblaciones y con reacciones parecidas, pero todo acaba siendo tan natural que no pasa nada. La gente mira, luego vuelve a mirar porque no se lo cree y después sonríe. Par de cuerpazos para todos los gustos.



El plato fuerte de “Cubelles Erótica” fue la noche “Sex non stop”, sólo para adultos en un local privado. Con el acceso libre a la prensa y la entera disposición del elenco, hubo sesiones de fotos hasta en los lavabos. El público muy variado, pero me sorprendió que se mantuviera unos cuatro metros alejados del escenario. “Es que en realidad los hombres suelen cortarse un poco”, comentaba Evita entre risas, que junto a su compañero Conrad Son manejaban con precisión el orden de los números y artistas.

Honestamente creía que me toparía con un público puramente masculino, con los toros locos de siempre plenos de testosteronas alborotadas...pero también habían muchas chicas y hasta señoras, (que en realidad fueron las más traviesas con los streepers, en tanto que casi hubo que rogarles a los machotes del público, que se subieran al escenario para rodearse de chicas).

La gran preocupación como fotógrafo profesional es que no se te escape nada, es necesario tomar cierta distancia mental del alboroto para concentrarte en las mejores fotos, tras bastidores suelen haber escenas muy interesantes. Para efectos periodísticos, es mejor encuadrar desde el escenario para captar las reacciones del publico, lo que a veces me ponía en una posición demasiado privilegiada con sendos primeros planos de todo. Aunque a veces la situación podía resultar “peligrosa” para el equipo, como cuando una de las chicas se convirtió en géiser al hacer el “Nesquik” con su pareja, dejando todo empapado de fluidos. A juzgar por todos los flashes de las cámaras, yo sabía que aparecería en todas las fotos y vídeos hechos desde el público.
Menos mal que dejé dicho en casa a dónde iba pero, ¿alguien habrá hecho la foto cuando la braguita azul aterrizó en mi cabeza?.

lunes, 28 de julio de 2008

La última lección de Randy Pausch

Hay misiones de vida que se revelan justo cuando se está a punto de morir. Randy Pausch quizás hoy no fuera tan conocido como lo es ahora, ni tantas personas en el mundo sentiríamos su muerte. El cáncer de páncreas cambió todo eso. De no haberse enfermado, habría seguido teniendo su vida feliz con su esposa y sus tres hijos, continuaría su ritmo apacible de profesor universitario, haciendo deporte en el campus, inventándose chistes de "nerds" y dándole caña a sus alumnos para que salgan a la vida bien preparados. Nadie más fuera de su entorno familiar y profesional lo hubiese conocido y querido.

Randy Pausch habría dado todo lo que fuera por recuperar su vida ante lo inevitable. Pero no le quedó otra que asumir su destino y como buen profesor que fue, el 18 de Septiembre del año pasado, convirtió su momento más dramático en la última lección que le pudiera dar a sus alumnos. Esta vez el tema no iba a ser ni de números ni de informática, sino de sueños y de cómo vivir la vida. Aunque no habló de dios o religión, hubo suficiente amor en sus palabras. (Bueno sí, dijo que su "más reciente experiencia espiritual" fue pasarse a Mac, lo que arrancó aplausos y carcajadas del público, que no paró de sonreir hasta el final).

El momento clave de su vida, el grano de arena que a Randy Pausch le tocó aportar a la humanidad fue cuando impartió sus últimos consejos a esos 400 alumnos, como quien se despide de los amigos antes de emprender un viaje muy largo. Por fortuna su gran clase fue grabada y no tardó en regarse por internet. Desde entonces se hizo tan mediático e inspirador, que la revista Time lo incluyó entre las 100 personas más influyentes del mundo. De la mano del periodista Jeffrey Zaslow, del Wall Street Journal, presentó su libro "The Last Lecture", que está siendo un Best Seller.



Esta es la versión corta de su presentación en el programa de Oprah. Pero se puede ver la versión larga en youtube.com "Randy Pausch Last Lecture: Achieving Your Childhood Dreams" pasa más de una hora, que de tan entretenida, ni se siente. Por cierto, a día de hoy ya pasan de los cinco millones en visitas.



...Y esta fue su última presentación, durante el acto de graduación de su querida Carnegie Mellon University el pasado 18 de mayo. "You will need to find your passion..and the true love". Cerró su discurso con uno de los besos más inolvidables a su amada esposa Jai.

sábado, 19 de julio de 2008

Barcelona desde el aire

La promoción de una marca de ron traído de las islas Fiji, fue la excusa para las tomas aéreas de un anuncio que sólo puede apreciarse por encima de los 1000 pies de altura. Para ello los periodistas hicimos varios vuelos a bordo del Eurocopter EC-120B, conocido como “Colibrí”. Pequeño, silencioso, rotor de cola protegido y una cabina que alberga piloto y cuatro pasajeros. Por supuesto, quien suscribe andaba como niño en feria...ahora que caigo...creo que fue mi primera vez sin que tuviera que sacar el cuerpo fuera de un helicóptero en pleno vuelo, o sin que despegásemos con el estómago en la boca en una situación de emergencia, de eso ya hará ocho años y pico. ¡..Un viaje de placer..!, vale, de trabajo, de trabajo, no olvidemos que había que hacer fotos...pero de placer, como un turista más. Fue deliciosamente extraño. Despegamos desde el muelle de Barcelona con el morro ligeramente inclinado y de inmediato estuvimos encima de los cruceros, las playas y Barcelona, qué perfecta luce la ciudad desde el aire. Hay tantas perspectivas que esconde, y que sólo se pueden apreciar desde el punto de vista de una de esas gaviotas que se posan sobre los edificios en Paseo de Graçia. Esas aves saben cosas que muchos desde tierra desconocemos. De inmediato enfilamos por el río Besós rumbo a Montserrat, donde cerca de allí, efectuamos dos 360 a la vertical de
“La Señal”. Por cierto que el "Seven Tiki " es muy bueno, tanto que hasta sentí estarle poniendo cuernos a mi querido ron venezolano, al “caballito frenao” y al "Cacique", pero qué le vamos a hacer. Sin embargo el saborcito dulce y regañón, por más que su origen sea de unas islas volcánicas del Pacífico, me evocaron fiestas universitarias y rumbas caribeñas que ahora parecen haber sido disfrutadas en otra vida, así que bien pudiera valerme del argumento:
“No es lo que parece..lo hice pensando en ti”.
Unos nativos de Fiji, luego de mostrarnos sus expresiones guerreras, (que más parecen los simpáticos efectos de una buena curda con ron), nos demostraron que allí también beben la “cuba libre”, pero con una cascarita de naranja ligeramente quemada.

...Al igual que Cuba, Fiji tampoco es muy libre que digamos.

domingo, 22 de junio de 2008

Amor de abueletes

Me encontraba haciendo las fotos veraniegas de rigor, buscando gente “nice” y mujeres buenorras, qué bonito el puente de Sant Joan, el calorcito y toda la pesca. Había una chica que se acercaba contoneándose directo al encuadre, (ese contoneo era seguro de importación, probablemente andaluz, pero quien sabe). Estaba aún lejos para tenerla a tiro, caminaba con desenfado rumbo a mi lente 70-300, me agacho en medio de su ruta en el Paseo Marítimo y hago una foto de prueba, antes de que ella esté donde quiero tenerla en la composición, “te falta poco por entrar en mi espacio aéreo baby..”. Pero de pronto me jaló más, otra historia que tenía justo a mi babor, la cámara gira noventa grados, chao con la flaca y sus caderas, creo que hasta se mosqueó de que le perdiera el interés. Un par de abueletes estaban contemplando el mar. A veces, cuando enfoco a desconocidos me imagino su historia entera.

Ella lo contempla con alegría cómplice. Él pierde su mirada en el horizonte, quizás fue pescador, recuerda alguna peripecia marítima o qué será de la vida del cabroncete del Urrutia.
Lo cierto es que en el caso de ellos su “aquí y ahora” es más que una metáfora. Luego de haber compartido sólo dios sabe cuántos años, ahora están en cuenta regresiva. Estoy seguro que lo saben y por eso ella sonríe por haberle ganado un día bonito más al destino. No hay fatalismos o al menos ese tema hoy no toca. Ella le toma del brazo como si dijera “¡Guapo...llegamos juntos al verano..!”

Me vino la letra aquella de Rubén Blades, “Sin tu cariño son de cartón todas las estrellas” cantada hace años, durante una fiesta donde habían muchas parejas viejas que bailaban deliciosamente, cachete a cachete y ojitos cerrados, algunos conservando la sonrisita “picao de culebra” de la primera vez. Luego de tantos años bailando juntos, saben llevar y dejarse llevar por su pareja según el ritmo que se toque. Lástima que yo no baile tan bien, pero me tienen una paciencia de la hostia, que se dice pronto.

El abuelete se mantiene firme, apoya sus manos en el bastón con una dignidad de hombre que ha visto y hecho quizás demasiadas cosas, tiene una mirada seria y a veces dura, pero que se domestica cada vez que ve a su mujer y por ello no puede dejar de sonreírle todas sus gracias. Ella en cambio es una coqueta incorregible, peinado y reflejos de peluquería, arreglada con sus collares, zarcillos de perlas y pulseras, vestida de un azul tan alegre como la playa de Sitges. A esa mujer se le suelta la risa en menos de un Jesús pero no te equivoques, que esa alegría se la ganó en batalla. Ella es quien lo cuida y de seguro como una loba. Apuesto que ese gran bolso guarda la medicina de las 3 y la de la 6, porsiaca no vuelven antes, pañuelos refrescantes, un botellín de agua y “ni se te ocurra pedir carajillo en el bar”. Constantemente le acomoda la camisa, la gorra, conduciéndolo del brazo con un amor vigilante.

Él se deja llevar, es el ritmo que ahora toca.

Luego caminaron hacia una sombrita para mirar mejor a la gente. Ambos no paraban de reír, seguro que del fotógrafo ese que anda agachado en medio de la gente, al que casi se lo llevan por delante esos diablos de niños.

lunes, 16 de junio de 2008

"Andrómeda encadenada"

Durante la rueda de prensa en la nueva sala donde se exhiben obras del Prado en el Museo Víctor Balaguer, la obra de Rubens nos atrajo a varios como un imán. Es sorprendente fotografiar las luces que el artista pintó con sus óleos, en medio de la tenue iluminación del lugar. En ese lienzo de 193 por 104 centímetros está plasmado el pasaje mitológico con final feliz, de una mujer expuesta al sacrificio por culpa de sus padres.

Hija de Casiopea y Cefeo, rey etíope en Filistía. Andrómeda se metió en problemas desde el día en que a su madre le dio por proclamar a los cuatro vientos la belleza de ambas, superando incluso a las mismas Nereidas, ninfas del mar que, “¡Se lo voy a decir a mi papá!” , corrieron a quejarse con el malhumorado dios Poseidón, muy temido por sus arrebatos. El padre ofendido, no sólo envió un diluvio que inundó Filistía, sino que además le encargó al monstruo marino Ceto, que devastara la región. El rey Cefeo desesperado, consultó el Oráculo de Amón, que le reveló como única esperanza, sacrificar al bellezón de su hija al horrendo monstruo. “Te quiero mucho mi niña, pero este bicho acabará con todos”, debió haberle susurrado lloroso al llevarla al acantilado, donde fue encadenada desnudita y con unas joyas llamativas, para que se sacie devorándola el cruel enviado de Poseidón.

Cuando la pobre Andrómeda llevaba un rato allí, jadeando menesterosa ante su cruel destino, fue cuando apareció Perseo, el galanazo hijo de Zeus, que venía de cortarle la cabeza a Medusa, villana hermosa que con una sola mirada suya convertía en piedra a cualquiera que se le pusiera a tiro, en especial a los hombres. (Por cierto que esta mujer fatal estaba al instante de morir, embarazada de Poseidón). Tengo entendido que del cuello de Medusa, fue de donde brotó el caballo alado Pegaso y el gigantón Crisaor. En fin, que el victorioso Perseo viajaba de regreso montado sobre Pegaso, (otros dicen que él en realidad volaba con sus viejas sandalias aladas de toda la vida). De pronto el héroe vio algo entre los acantilados y cuando efectuó un vuelo rasante de reconocimiento, quedó inmediatamente enamorado de Andrómeda. Como no era cuestión de perder las formas, fue a solicitarle la mano a los padres antes de liberarla. “Vale, pero antes mate al monstruo que por eso la niña está allí, si es que no ha sido ya devorada”. Perseo sin despeinarse cogió su hoz, se sumergió en el mar y decapitó a la bestia. Luego subió a las rocas, liberó a la preciosa chica y todo gallardo se presentó cargándola en brazos a donde los padres, que una vez más, obraron con torpeza al romper lo pactado, arguyendo como vil excusa de que ella en realidad estaba prometida previamente con Agenor, un yogurcito hijo de Poseidón (¡otra vez Poseidón!), que se presentó con sus tropas y armó la grande. No contaron con que Perseo aparte de ser un extraordinario guerrero era además muy listo, y cuando éste se vio rodeado, sacó la cabeza de Medusa, que la tenía guardada como un melón bajo el brazo y cuyos ojos muertos, aún seguían siendo igual de letales, para petrificar a los agresores. Agenor derrotado, se retiró con el resto de tropa que se salvó, en tanto que héroe y rescatada se fundieron en un abrazo. Andrómeda, además de sentirse feliz por librarse de los idiotas que tenía de padres, estaba enamoradísima de Perseo, con quien tuvo seis hijos.

La rueda de prensa pasó a realizar un recorrido cuadro por cuadro, lo que me brindaría una mejor composición con gente contemplando las obras. Estaba aguantando la respiración para trabajar a baja velocidad, con el lente 80-200 apoyado en un muro desde muy atrás del grupo, cuando comentaron. “...Y este es el cuadro de Rubens, que como veis, las mujeres que él pintaba solían ser modelos muy blancas, rellenitas, caderas anchas, hasta con celulitis, ese era su patrón de belleza...”. En ese momento algunas periodistas se acariciaron halagadas sus caderas, mientras contemplaban a la bella Andrómeda.

martes, 10 de junio de 2008

Mi momento friki con Gatúbela

Sí, ya sé...quizás el tema parezca poco serio..pero a diferencia de algunos que darían su ojo derecho por conocer al Capitán Kirk, tener un duelo a espada láser contra Darth Vader o saltar desde un zeppelín junto a Indiana Jones, mi verdadero icono fue "Catwoman", o “Gatúbela” como la conocí. Desde niño, la imagen de Batman se me vino abajo al ver cómo él rechazaba los besos ardientes de una villana tan espectacular como ella. El asunto me indignó más, cuando de adolescente vi la escena donde ella se le está montando encima, presta a dejarlo como ratón chupado por gata...y fue entonces cuando el superhéroe todo acojonao, le respondió la frase histórica: “¿W..wha..what a..about Robin?”.



Lo mejor que le puede ocurrir a un friki es que su héroe de la infancia se entere, además por boca de otros, sobre la devoción que sentía desde niño por su personaje y que mejor aún, tu heroína de toda la vida quiera algo de ti. Fue durante una cena en Los Angeles, resulta que mi primo Juan Fernando Bastos se hizo muy amigo de Julie Newmar, la anfitriona e intérprete original del personaje de “Catwoman” , en la serie de televisión Batman de los años 60. Mi primo suele hablarme de ella, que lleva su vida de gata vieja con mucha sensualidad: “Me acordé de ti cuando ella se antojó de los ñoquis de mi plato, con una expresión muy de ella me pidió probarlos, al llevarse el tenedor a la boca ronroneó de placer...como solía hacerlo en los episodios de Batman..". Esa noche cuando iban por los postres, mi primo le contó la historia sobre mi encuentro a los cinco años de edad durante un carnaval, con una niña disfrazada de "Gatúbela".

Mi madre me había disfrazado de Batman y entonces llamaron a la puerta de la casa, cuando fui a ver quien era, me encuentro de frente con Giuli, una linda vecinita de mi edad con unos ojazos preciosos, de origen italiano y que estaba disfrazada de “Catwoman”. (Es interesante que Julie y Giuli se pronuncien parecido). Me quedé un rato contemplándola extasiado, estaba vestidita de negro, con medias de nylon, orejitas de gato y su cara pintada con bigotitos. Mi fantasía se hizo realidad y finalmente haría lo que el tonto del Batman nunca fue capaz. Con excitación tomé de la mano a Giuli y me la llevé corriendo a la cama de mi mamá. Ella se acostó callada como una gatita y yo me coloqué a su lado, luego de pasarle mi brazo por el hombro no supe qué más había que hacer: “Bueno, ¿y ahora qué?”. Fue entonces cuando comprendí al pobre Batman. En ese momento mi hermana se asomó a la puerta y al ver la escena, nos sacó de la habitación de una oreja, por si acaso.

“Cuando acabé la historia, Julie Newmar aplaudió emocionada con sus garritas, -me dijo Juan Fernando por teléfono-, luego se ausentó a su estudio y regresó con un detalle para ti.”. Semanas después, al regresar del trabajo me encuentro con un sobre procedente de L.A., al abrirlo estaban dos fotos autografiadas, “Diego Purr...fect. I want your story”.
Esa noche tuve que dar muchas explicaciones en casa.


sábado, 24 de mayo de 2008

La Soledad de Joaquín Cortés

"Mi soledad" de Joaquín Cortés. Presentación en Sitges.

“Silencio...que el odio calle”. Yace en el tablao casi desnudo y se retuerce, como despertándose de una pesadilla. Se pone de pie. Su soledad es una candela que cobra fuerza conforme va zapateando y es arropado por el cante jondo de tres mujeres adoloridas, parecen almas atormentadas que se requiebran y lo acarician con sus voces. De pronto el bailarín se convierte en una gran llama, que seguirá solitaria en medio la oscuridad, escoltada por sombras que a veces se multiplican y otras se ocultan, pero que no dejan de tocarle las palmas, entre guitarras, cellos, percusiones y violines furiosos. Hay también voces masculinas que cantan desgarradas.

Arde el tablao, las luces en forma de una gran H en el suelo dan la sensación que el hombre baila entre brasas.

Y a veces de eso se trata la soledad, cuando te vas quemando por dentro hasta consumirte, y sin embargo las llamas de tu fuego no pueden ir más allá de ti. Ni siquiera tu candela puede iluminar para ver si tienes alguien a tu alrededor, porque todo ha quedado envuelto en sombras.

“¡¡..Guaapo...Quítate la camiza que azí te vé mejoó..!!”, insistían las mujeres del público que estaban enloquecidas, “¡¡..Zin camiza es mejó miaarmaaa...!!” coreó otra. En una pausa, el hombre respondió con mirada de lobo humilde “Guapo no...ya quisiera yo serlo..!”.
Habían chicas que movían sus hombros totalmente erotizadas. “¡...Asiií...assiiií..Con étasis mi amoó...!” , exclamaba una morena de cabellos negros alborotados que batía la cabeza, al borde de un orgasmo gitano.

Escapo entre los aplausos finales y cuando me acerco al coche, de entre las sombras me salió una mujer gorda y enorme, que con voz masculina intimidante me preguntó casi en un susurro: “Oye guapo..¿tú crees que a ÉL lo saquen por esta puerta?. Es que estoy segura que ese Mercedes Benz es su coche y quiero vélo...¿sabes?..quiero vélo pa’ ve’ si es de verda’...!!”.

viernes, 16 de mayo de 2008

El telégrafo de la esquina

Estaba en plena sesión de retratos en Badalona y ese pequeño cartel me seguía distrayendo. A veces sucede. Cuentas con muy poco tiempo para hacer una foto y justo
al otro lado, lejos del encuadre, ves algo que te jala de la oreja. Se trataba de un cartel muy antiguo, en la esquina de un edificio que tiene pinta de tener los días contados. Le indico a la persona el sitio donde debe posar y por el rabillo del ojo, veo a una jodida paloma que se asoma por la ventana, "una composición entrañable”, como diría una ex-alumna gallega. Ya no aguanté más. Giré, hice la foto y luego volví a enfocar el trabajo del día.

Recuerdo que de niño me costó un huevo aprender la clave morse, en los boy scouts claro, ¿dónde más un chavalín de doce años se memorizaría el código entero?. Juan me decía en aquel entonces para convencerme de su importancia, “quien quita, un día puede que estemos en un barco encallado en los arrecifes en medio de una tormenta, el operador de radio se encuentre herido y tengamos que pedir ayuda, entonces ya sabes: tres puntos..tres rayas...tres puntos...no se te olvide agregar el nombre del barco, las coordenadas donde nos ubicamos y la cantidad de gente a bordo.” (Juan siempre razonaba así, con ese toque de alarma, desde que éramos unas pulgas rabiosas). No llegamos a estar metidos en un naufragio, claro. Eso sí, mis chuletas en bachillerato estaban cifradas en morse y nunca me pillaron.
Ese letrero debería ser considerado un patrimonio histórico, quizás un coleccionista friki, ya le debe tener puesto el ojo apenas tumben el edificio. Si yo viviera cerca de allí, creo que me pondría a forcejear para quedármelo, no quedaría mal en la puerta del estudio. Los mensajes a través del telégrafo solían ser breves, cada palabra encarecía el mensaje y para ello había un lenguaje. Podría considerarse el abuelo del SMS: “SOLICITOLE INFORMACION PARADERO DE AGUIRRE (PUNTO)”, “FELICITOTE POR ASCENSO (PUNTO)”, “QUEDADESPEDIDO (PUNTO)”, “FULANITO FALLECIO (PUNTO)”, “TEAMO(PUNTO)VUELVO MAÑANA (PUNTO)” O mi favoritos, el de un antepasado mío que durante la guerra entre Bolivia y Paraguay, fue hecho prisionero y apenas se fugó, tuvo la delicadeza de enviar un telegrama a la familia: “HOY ADIOS ASUNTITA (PUNTO), y cuando llegó a la Argentina: “AUNQUE MAL LLEGUE BIEN (PUNTO)”.

Supongo que más para efectos leguleyos que por otra cosa, aún existe el servicio de envíos de mensaje por telegramas, pero esa ya es otra historia. La palabra “Telégrafo” me evoca ese "bip-biip-biip-bip-bip" eléctrico en un código morse acelerado. Quizás desde un barco, como se lo imaginó Juan, las películas de espionaje de la Segunda Guerra Mundial, o una tarde lluviosa en Macondo.

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viernes, 9 de mayo de 2008

"WRITE THE TRUTH"


Robert McKee, maestro de guionistas de Hollywood, suele firmar sus libros con esta frase, escrita con rotulador grueso y en trazos firmes, que tienen sabor a orden dictada con severidad. “Escribe la verdad”, suena a mandato periodístico, dicho por algún profe de la vieja escuela. “Escribe la verdad”, al igual que cuando se va a cubrir un suceso amargo en un lugar, y te topas con víctimas que reclaman con la misma frase, "...escribe la verdad de lo que pasó aquí.!". “Escribe la verdad”, evoca también el diálogo de una película de misterio, donde un moribundo agarra por la camisa al protagonista y le exige que diga la verdad de lo que vio.

McKee se refiere al escritor que se sienta frente al teclado para armar una historia, no importa que esta sea una ficción, o que los personajes jamás existieran. “Recuerden que el público es más inteligente que el escritor”, advierte. Así que si echas un cuento pleno de lugares comunes, clichés, soluciones mágicas, “deus ex machina” que salva de un plumazo el callejón sin salida, también estarás engañando al lector. Por algo él postula hasta con furia, “El aficionado ama todo lo que escribe, en cambio los verdaderos profesionales no se engañan a si mismos, viven en un infierno y se la pasan reescribiendo. Si arañamos las buenas historias hasta quitarles la piel, descubrimos una forma universal para contarlas.”
Por ello la base de una buena película está en una historia bien contada, un guión estructurado al detalle. McKee afirma con una vehemencia algo corporativa, que el verdadero creador es el guionista y todos los demás, desde los directores a los actores, son sus intérpretes. “Eso es lo que demostró la huelga de guionistas en Hollywood, que nadie más puede trabajar, hasta que ellos se sientan a escribir.” Justo en estos días, Susan Sarandon respondió en una entrevista, “cuando me ofrecen un papel, siempre le pregunto al director dos cosas: ¿por qué quieres hacer esta película?, y ¿de qué trata la película? Le sorprendería saber cuántos directores son incapaces de contestar una de las dos o las dos.”

Es que hasta para contar una mentira, como lo es una historia de ficción, hay que hacerlo con la verdad de por medio.

martes, 1 de abril de 2008

La turbina del Bell 205

Estábamos en el Centro de Formación Aeronáutica de la Paperera en Vilanova, a la espera de una rueda de prensa de la Consellera del Treball. Detrás de mí había una turbina que era exhibida como un corazón disecado, tenía algo de familiar aunque así, sin su fuselaje, demoré un rato en identificarla. Me recordó a un viejo amigo de esos que te sorprende por el hombro, “a que no me reconoces”, y entonces leí la etiqueta: “BELL 205”.


Después de tantos años, cuando en alguna parte escucho el sonido del UH-1H, el Bell 205 “Huey”, se me eriza la piel.

La primera vez que me monté en ese helicóptero, estaba ajustándome el arnés y el piloto encendió la turbina, una parecida a esta, que ahora luce tan calladita. Primero es un silbido que se transforma en el rugido de una licuadora gigantesca que va in crescendo, enseguida la vibración de la aeronave se apodera de toda la tripulación. Esa primera vez y las siguientes, al escuchar esa máquina sentía miedo y excitación, apretaba el estómago, el culo, los dientes, no sabía si temblaban mis manos o era tan sólo esa vibración y claro, al mirarnos entre los compañeros del Víctor sólo exhibíamos nuestra sonrisota de astronauta de “¿¡quien dijo miedo!?”.

El sonido del rotor principal, ese “TOCOTOCOTOCO” inconfundible que sólo tienen los “Huey” no hacía más que recordarte que la cosa va en serio, que volaríamos por encima de la selva y una vez llegado al punto, se lanzarían las cuerdas, nos colocaríamos en posición y descenderíamos sobre los copos de los árboles. Una vez en tierra, la soledad nos invadía conforme sentíamos alejarse el helicóptero. O también estaba ese momento en que nos venían a buscar, y entonces en medio de ese silencio, confundido entre algún moscardón, poco a poco sobresalía el “tocotoCOTOCO” que nos apuraba a disparar una bengala para marcar nuestra posición.


Me vinieron también otros flashes, como cuando El UH-1H entraba a recogernos, con el rotor de cola rozando las ramas y el MHR, medio cuerpo fuera con el micro pegado a la boca, lanzándonos la escalera electrón. A veces había que subir los primeros peldaños a puro brazo con el equipo a cuestas, mirabas arriba y entre el remolino de viento caliente estaba la panza de la aeronave olorosa a combustible. En los entrenamientos nos advertían, “mejor que esa vaina no se apague durante un Hover, porque entonces el aparato les caerá encima como una máquina de escribir”. O esos momentos al entrar a bordo con la camilla, tragando tierra levantada por la turbulencia, mientras otras manos desde dentro recibían al paciente y una vez más, eras uno junto a la vibración de la máquina. Volví también a ese anochecer en Falcón, posados en una zona desértica para pasar la noche con la silueta de la aeronave bajo el cielo estrellado, parecíamos personajes de Saint-Exupéri. El Piloto quiso prepararse un café y colocó cerca de la turbina recién apagada una ollita para calentar agua. “Una vez freímos unos huevos, pero la sartén se derramó y casi acaba mal la gracia, con el revoltillo pegado al fuselaje”, nos confesó.

La última vez que volé en un Bell 205 fue durante el deslave de Vargas en Diciembre del 99, íbamos a baja altura sobre la zona de desastre, en un inmenso escenario de edificios y casas destruidas por la fuerza del agua, el olor a cadáver inundaba la cabina. Formábamos parte del operativo de búsqueda y rescate de sobrevivientes atrapados entre los escombros, evacuando a un gentío desde azoteas y helipuertos improvisados. Fue también mi última Emergencia como GRV, la más bestia, la de las pesadillas recurrentes, la de los ojos de la niña y los fantasmas. Durante el primer Brieffing en el aeropuerto habían más de 40 tripulaciones, civiles y militares que volaríamos al mismo tiempo. Chacón y yo nos miramos, con tantos helicópteros operando entre cables de alta tensión, ruinas y pánico colectivo, supimos que las probabilidades de accidentes serían demasiado altas. Creo que todos los allí presentes también lo pensarían, pero nadie dio un paso atrás cuando se encendieron las turbinas, miles de personas en Vargas esperaban con ansiedad el sonido de los helicópteros. Nos despedimos con"Sonrisotas de astronauta" para darnos ánimo, cada quien brincó a bordo de su nave y la pista aérea se convirtió en un auténtico ciclón, parecíamos un enjambre despegando de Maiquetía. Al final de esos días, murieron algunos amigos pilotos y estuvimos a puntito de perder a varios de los nuestros en Macuto. Viajábamos de regreso con las puertas abiertas, exhaustos, deprimidos y aturdidos, sentados en el suelo de lleno lodo y manchas de sangre. Nuestras piernas colgaban hacia fuera con las botas pisando el peldaño. A mis lados tenía a dos compañeros Víctor con la mirada perdida y el rostro seco. Vibrábamos en silencio junto al “TOCOTOCOTOCO...” que nos llevaba de regreso al aeropuerto.
De pronto escuché desde muy lejos “…Ahí viene la Consellera”, y volví de nuevo a la rueda de prensa en Vilanova. A veces creo que nunca me bajé de ese cacharro y aún en mis sueños sigo volando sobre la selva.

jueves, 13 de marzo de 2008

Recuerdos mortales




Sucedió hace como tres semanas en un trayecto rumbo a Barcelona. Ya el tren de Cercanías estaba entrando a la ciudad cuando una mujer se apareció desde el otro vagón gritando muy azorada. “¿Hay un médico por aquí?...¡necesitamos un médico..!”. Pasó volando frente a mí, abrió la puerta y se dirigió al siguiente vagón. Por dentro deseaba verla regresar acompañada, pero volvió jadeando sin nadie que la siguiera. Yo iba cargadísimo con mi ordenador portátil y el bolso con varias cámaras, apenas me podía mover. “¡Necesito ayuda!”, gritó ella finalmente. Me sentí muy mal conmigo mismo, había tardado demasiado en reaccionar. Cualquier otro de mis compañeros del “Victor” ni lo hubieran dudado, casi que vi a Bazzani reprochándome, “mal..muy mal Chinook...¿qué coño has aprendido luego de tantos años?..si fuera un paro cardíaco ya habrías dejado pasar demasiado tiempo..”. Todo eso pensaba mientras iba corriendo con mi oficina a cuestas detrás de la mujer, que atropelladamente me decía que alguien tenía un ataque de epilepsia. Se trataba de un hombre joven que yacía acostado de lado, rodeado de mucha gente que no sabía qué hacer, algunos hablaban a gritos empeorando las cosas, lo de siempre. El chico estaba consciente, hablaba incoherencias y no se trataba de epilepsia, pero se lo veía presa de una severa crisis de ansiedad.

En ese momento el tren ya se había detenido en la estación de Bellvitge, cuando traté de decir que no lo bajasen, que estábamos cerca de Sants donde pudiera ser atendido mejor, una persona ya había activado la alarma, otros agarraron al chico y lo bajaron a la estación, iban a depositarlo en el suelo cuando les indiqué que lo llevasen a una banca para atenderlo. “Me hago cargo” les dije, casi todos se regresaron al tren y miraban desde la ventana, esperando a que se pusiera de nuevo en marcha. Hiperventilaba, la piel estaba pálida, fría y sudorosa, su pulso aceleradísimo, le aflojo la camisa y trato de entender qué le ocurría, palpé sus bolsillos para dar con algún medicamento, alguna pista. Nada. El tren permanecía detenido. La ambulancia ya venía en camino, alguien notificó que había personal en Sants, en el caso de que hubiésemos llegado con el paciente.


-Mírame a los ojos, respira conmigo..lentamente...lentamente...
-No puedo..no puedo...
-Vamos..respiremos juntos, sígueme, aspira profundo...retén...ahora exhala...ahora otra vez..
-No puedo..los trenes..los trenes..-.Respondía tiritando.
-No pasa nada...vamos respira conmigo....sólo piensa en tu respiración...
Empezó a agitarse nervioso...lo abrazo y le sigo repitiendo con suavidad que respiremos juntos, al poco rato siento que me sigue. Le propongo subir de nuevo al tren y se vuelve alterar, luego con el sonido de la ambulancia y sus luces, vuelve a hiperventilar.
-Vale..vale...nos quedamos aquí ya está llegando la ambulancia..Respira conmigo, más lento..más lento..más lento...sólo piensa en tu respiración.

Mientras lo tengo en mis brazos, el joven rompió a llorar, murmurándome al oído palabras sueltas que al principio no entendía, pero que al juntarlas se me develaron en una clave siniestra. Aquel once de Marzo él iba en uno de los trenes en Madrid y de eso aún no se recupera. Algún recuerdo, cualquier recuerdo, detonó de nuevo en el chico y volvió a revivirlo todo. Cuánta gente debe andar por ahí como él con su alma destrozada.

Lo abrazo con mayor fuerza, creo que en el fondo era lo único que necesitaba.

El personal de la ambulancia se acercaba, delante de ellos iba una chica que corría hacia nosotros con un gran bolso de primeros auxilios por el andén, había algo en su mirada y en su pasos decididos, que a mi vez me trajeron otros recuerdos, algo más lejanos. Apenas ellos tomaron las riendas, agarré mis cosas, busqué un vagón alejado y me hundí a solas en un asiento, no quería hablar con nadie, no paraba de reprocharme en haber tardado tanto en reaccionar. El miedo y el dolor de ese chico me estuvo acompañando por unos días más.



jueves, 10 de enero de 2008

Cova de les Rondes

Exploración día 05-01-2008
Equipo SIET- Societat d'Investigacions Espeleológiques de Tarragona.
Alberto Sánchez, Luis Díaz, Ángel
Samaniego y Diego Calderón (cámara).