viernes, 22 de agosto de 2008

Jam Session

No hay partituras ni mucho menos nada ensayado. Por un momento los músicos, que no suelen tocar juntos, se convierten en los medium de sus propios instrumentos.

El contrabajo murmura con el teclado, el saxo opina, el trombón le responde y la batería modera la conversación aunque a veces se sobresalta con sus timbales. Luego el trombón se queda hablando sólo apuntando hacia el techo, como recordando viejos tiempos, pero luego le pasa el turno al saxo. El contrabajo siempre tan comedido, parece asentir unas y otras afirmaciones. En cambio el teclado se complica en unos rollos que provocan más golpes de la batería. A la conversa se adhiere otro saxo que a juzgar por su tristeza, parece que los tragos le cayeron mal, recordándole la historia que tuvo con una flauta. El contrabajo parece consolarlo, pero el trombón creo que habla pestes sobre las flautas descocadas porque se pone como loco, en tanto que la batería interpreta la escena del tropezón que tuvo ese saxo en las escaleras del sótano con la flauta. El teclado remata esa escena de manera celestial, con ambos instrumentos viendo el nirvana. Luego todos los instrumentos hablan al mismo tiempo y a diferencia de algunos grupos humanos, se les entiende todito lo que dicen y se expresan con una envidiable armonía. Vale, a veces se enfrascan en unas largas polémicas pero nunca sin perder el blue. Recomendable escuchar esas tertulias musicales con cerveza bien fría.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Cubelles erotizada

La actriz y modelo erótica Evita de Luna y sus secuaces alborotaron las calles y playas de Cubelles. Días antes algunos vecinos quisieron sabotear el plan de una sesión fotográfica en la playa, que prometía ser subidita de tono “pero no tanto así como decían”, desmintieron los organizadores. Ella fue más lista, se vistió de sirena y a la final estaba con más trapos que cualquier mujer que andaba por la playa a esa hora. Casi se tornó en show infantil cuando se acercaron a contemplarla algunos niños.

Sin embargo Evita de Luna no cambió su agenda que ya tenía arreglada para el programa de TV3 “Vacances Pagades”: Salir en bici acompañada por el actor porno Agus Santamaría por el Paseo Marítimo. Durante los preparativos de producción me sentí parte del asalto a un banco. Primero, desde un callejoncito fisgoneamos la zona y luego de una inspección estratégica para ver si había bastante gente se decidieron: “Ala...aquí lo hacemos...!”, en un chaz-chaz, fuera vestidito, fuera jeans y se montaron en sus respectivas bicis totalmente desnudos ante la sorpresa de todos. Las abueletas fueron las más entusiastas, no paraban de aplaudir sin quitarle la vista al órgano del Agus que parecía crecer intimidante con cada pedaleada. Y por supuesto Evita, chiquita pero matona, acabó siendo el centro de atención, que con sus cabellos al aire y su par de poderosas razones, tenía cierto aire de Pamela Anderson de paseo. Fue un acto de nudismo fugaz a dos ruedas, que ya se ha venido repitiendo en otras poblaciones y con reacciones parecidas, pero todo acaba siendo tan natural que no pasa nada. La gente mira, luego vuelve a mirar porque no se lo cree y después sonríe. Par de cuerpazos para todos los gustos.



El plato fuerte de “Cubelles Erótica” fue la noche “Sex non stop”, sólo para adultos en un local privado. Con el acceso libre a la prensa y la entera disposición del elenco, hubo sesiones de fotos hasta en los lavabos. El público muy variado, pero me sorprendió que se mantuviera unos cuatro metros alejados del escenario. “Es que en realidad los hombres suelen cortarse un poco”, comentaba Evita entre risas, que junto a su compañero Conrad Son manejaban con precisión el orden de los números y artistas.

Honestamente creía que me toparía con un público puramente masculino, con los toros locos de siempre plenos de testosteronas alborotadas...pero también habían muchas chicas y hasta señoras, (que en realidad fueron las más traviesas con los streepers, en tanto que casi hubo que rogarles a los machotes del público, que se subieran al escenario para rodearse de chicas).

La gran preocupación como fotógrafo profesional es que no se te escape nada, es necesario tomar cierta distancia mental del alboroto para concentrarte en las mejores fotos, tras bastidores suelen haber escenas muy interesantes. Para efectos periodísticos, es mejor encuadrar desde el escenario para captar las reacciones del publico, lo que a veces me ponía en una posición demasiado privilegiada con sendos primeros planos de todo. Aunque a veces la situación podía resultar “peligrosa” para el equipo, como cuando una de las chicas se convirtió en géiser al hacer el “Nesquik” con su pareja, dejando todo empapado de fluidos. A juzgar por todos los flashes de las cámaras, yo sabía que aparecería en todas las fotos y vídeos hechos desde el público.
Menos mal que dejé dicho en casa a dónde iba pero, ¿alguien habrá hecho la foto cuando la braguita azul aterrizó en mi cabeza?.